miércoles, 15 de junio de 2016

"El niño en la cima de la montaña", de John Boyne.

Las comparaciones son odiosas, pero las similitudes con el libro "El niño con el pijama de rayas" son inevitables. En esta nueva novela, John Boyne nos cuenta una nueva fábula sobre un niño en la Segunda Guerra Mundial.
En este libro aparecen como personajes esenciales Aldolf Hitler y su amante Eva Braun, y también nos hace reflexionar sobre las injusticias de la guerra, y los fanatismos a que se sometieron muchas personas durante la Segunda Guerra Mundial.
Después de leer un libro de estas características, me pregunto siempre cómo un loco pudo llegar a presidir un país como Alemania en los años treinta y cuarenta, y cómo pudo imponer sus absurdas ideas a tantas personas. Algo falló en el sistema.
Todos debemos aprender de la historia, y hacer todo lo posible para que otro loco como Donald Trump no pueda presidir los EE.UU. El próximo mes de noviembre son las elecciones y esperemos que Hillary Clinton se haga finalmente con la presidencia.
Esta novela ha sido editada por la Editorial Salamandra y en mi apreciación personal le concedo como nota un notable alto.
Sinopsis: París, 1935. Los primeros siete años de la vida de Pierrot, de padre alemán y madre francesa,  están marcados por el candor de una infancia no muy distinta de la de cualquier otro niño. Pero  al igual que para millones de personas, la guerra lo cambiará todo. Tras la muerte prematura de sus padres, Pierrot tiene que abandonar París y separarse de su íntimo amigo Anshel, un niño judío de su misma edad. Deberá viajar solo hasta Alemania para vivir con su tía Beatrix en la  misteriosa casa en la que está empleada. Y no se trata de una casa cualquiera, sino del Berghof,  la enorme residencia que Adolf Hitler tiene en lo alto de una montaña en los Alpes de Baviera.
Hasta su llegada a Alemania, el pequeño Pierrot —que ahora se llama Pieter— no sabía nada  acerca de los nazis. Ahora, acogido en el entorno íntimo del todopoderoso Führer, se verá  envuelto en un mundo tan extrañamente seductor como peligroso, en el que no habrá lugar para  la inocencia.
Al final de la guerra, Pieter logrará regresar a París en busca de algo que le permita  aliviar el peso de su culpa, y en las últimas páginas, un sorprendente desenlace obligará al lector  a reinterpretar un aspecto clave de la historia que revela la insondable dimensión del perdón  y la amistad.